Pero pronto llegarían las primeras decepciones, ya que el Athletic perdió en su debut en la nueva Europa League (nueva versión de la antigua Copa de la UEFA) contra un equipo a priori asequible, el BSC Young Boys suizo. Entre una ronda y otra, se colaba por medio la final de la Supercopa, a la que el equipo dirigido por Joaquín Caparrós dio la impresión de disputar con mala gana y con la única intención de quitársela de encima cuanto antes, la Europa League acaparó toda la prioridad del técnico andaluz.