En esa campaña, Diego Milito tenía la difícil misión de reemplazar a David Villa, que tras un gran rendimiento en el equipo había sido traspasado al Valencia C. F. por 12 millones de euros. Además, donó una gran suma de dinero al pozo común que utilizan en el club para los regalos de Navidad de toda la gente contratada. Tras gran trabajo regresó apenas dos años más tarde a la máxima categoría, aunque el periplo fue breve, ya que descendió nuevamente en 1943 no pudiendo retornar a la élite española hasta quince años después.