Esto llevó a la creación de la organización Chelsea Pitch Owners, una organización sin ánimo de lucro que en 1997 adquirió la plena propiedad del estadio, los derechos del nombre del club y el terreno para asegurar que ningún promotor inmobiliario tratara de adquirir el Stamford Bridge otra vez. Después de varias críticas sobre el rendimiento fluctuante del club y los errores del sistema defensivo, el Chelsea respondió en consecuencia.