Era el séptimo título de Liga que los rojiblancos sumaban a su palmarés. En 1894, ya era tradición ver a los ingleses practicando el football en Lamiaco, por ello el campo pasó a ser conocido como «Campa de Averly» o «Campa de los Ingleses». Al ser la tercera vez consecutiva, el club consiguió quedarse con el trofeo en propiedad. Pronto los vizcaínos también comenzaron a participar en estos partidillos y se unieron a los ingleses.