El partido estuvo marcado por los incidentes cometidos por parte de las dos aficiones, los aficionados belgas provocaron a los del Athletic, profiriendo gritos fascistas y rompiendo asientos, algunos aficionados del Athletic respondieron a las provocaciones y al final del partido se montó una batalla campal en el campo entre las dos aficiones, que duro varios minutos hasta que fue disuelta por el Ertzaintza.