Después de haber ganado 4-1 en San Mamés, el Athletic iba perdiendo por 3-0 en Milán, pero en el último minuto, Rojo provocó un penalti que daba una última oportunidad al Athletic. Finalmente, se acordó construirlo en unos terrenos situados junto al asilo de San Mamés, cercanos a la Gran Vía bilbaína. Su compra supuso al club un gasto de 89 000 pesetas, una cifra elevada para la época. Pero Jolaseta no era un lugar demasiado cómodo para el club, debido a la distancia entre Neguri y Bilbao.