En aquel año, el defensa Andoni Goikoetxea fue sancionado con 18 partidos por lesionar gravemente a Maradona, tras una dura y famosa entrada. De nuevo se sacó la gabarra y de nuevo se realizó una celebración como la del año anterior, esta vez para celebrar un histórico doblete, que además proporcionaba de forma automática la consecución de la Supercopa, lo que por este motivo se podría catalogar como un triplete.