Los éxitos se repitieron la temporada siguiente con un nuevo doblete nacional y en donde de nuevo el jugador serbio del K. K. Cibona eliminó a los blancos en las semifinales del torneo europeo que finalmente ganó por segundo año consecutivo frente a un Žalgiris Kaunas liderado por un joven Arvydas Sabonis, que también recaló a posteriori en el conjunto madridista. Aquél partido fue de las cosas más injustas sobre un terreno de juego.