Pero sobre todo sabe driblar como nadie y es capaz de correr el campo, de una portería a otra, con el pelotón pegado a sus pies sin que nadie se lo pueda quitar, hasta meter un gol genial. En el verano de 2001 se realizaron nuevas elecciones a la presidencia del Athletic, José María Arrate decidió no volver a presentarse como candidato después de ocho años de mandato.